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Loose-pasivo, loose-agresivo, tight-pasivo y tight-agresivo. Éstos son los cuatro tipos básicos de jugador de poker. Luego, dentro de cada uno de estos tipos, hay distintas gradaciones; por ejemplo, en el punto más extremo del espectro loose-agresivo, encontramos al “maníaco”, jugador que no sólo va a la mayoría de manos, sino que también sube todo el tiempo, prácticamente sin tener en cuenta las cartas que lleva. Pero en este artículo me centraré en comentar los caracteres típicos de cada grupo de jugadores.
Todos los jugadores de poker tenemos una tendencia natural a jugar de un determinado modo. A la mayoría de jugadores, su tendencia natural les hará perder dinero, ya que jugarán demasiadas manos o demasiado pocas, de forma demasiado agresiva o demasiado pasiva. Sin embargo, con un poco de esfuerzo todos podemos aprender a jugar con un estilo ganador.
Es importante que identifiquemos cuál es nuestra tendencia natural; ése será el primer paso para corregir nuestros errores. Es importante también que reconozcamos el estilo de los jugadores que se sientan a nuestra mesa; así podremos neutralizar su estrategia, y explotar sus defectos si son jugadores flojos, o marcharnos si nos ponen las cosas demasiado difíciles.
Loose-pasivo
El jugador loose-pasivo va a muchas manos pre-flop y hace mucho call post-flop. Tiene una tremenda necesidad de participar en el máximo número de manos posible, y a menudo aguanta hasta el final sin tener la más mínima posibilidad de ganar. No hace falta decir que los jugadores loose-pasivos, también conocidos como “calling stations”, sienten una total indiferencia hacia las odds que ofrece el bote. (Leed la página de Cálculo de probabilidades en el poker para más información sobre las odds).
Los jugadores de este grupo juegan con fines puramente recreativos y son perdedores asiduos. Como es fácil deducir, son el tipo de jugadores que más nos interesa tener en nuestra mesa. Contra ellos los faroles no resultan, y es seguro que periódicamente nos asestarán bad beats odiosos, pero si un jugador tight-agresivo juega el suficiente número de manos con ellos, terminará inevitablemente embolsándose el dinero.
¿Qué debemos hacer si nuestra tendencia natural es jugar de forma loose-pasiva? Dos cosas. Jugar menos manos, y jugar las manos en las que somos favoritos para ganar de forma más agresiva. De estas dos cosas, la más importante es la última, porque si bien hay jugadores que ganan jugando loose (sobre todo en no-limit), los jugadores que ganan jugando de forma pasiva no existen. La pasividad en poker es incompatible con el juego ganador. Así pues, se trata de hacer menos calls y más raises.
Al jugar contra un loose-pasivo debemos abstenernos de farolear y nunca hacer slowplay cuando tengamos una buena mano, ya que sabemos que nos harán call con cualquier cosa. Cuando nos hagan raise, debemos retirarnos a menos que tengamos una buena jugada, ya que seguro que ellos la tienen.
Loose-agresivo
El jugador loose-agresivo va a muchas manos y las juega de forma agresiva. Hace muchos re-raises y muchos faroles. Aunque la mayoría de estos jugadores pierde a largo plazo, son jugadores peligrosos, sobre todo aquellos que tienen bajo control la vertiente loose de su juego. En torneos de Hold’em sin límite, si la suerte les es propicia acumulan fichas rápidamente y se convierten en las fuerzas dominantes de la mesa que ocupan. En partidas de dinero es menos incómodo jugar contra ellos (las ciegas no suben y se puede esperar a tener una buena jugada para atraparlos).
Debido a la cantidad de manos que juegan y la agresividad con la que las juegan, la ventaja que tienen estos jugadores es que reciben un montón de acción cuando ligan buenas jugadas. Eso hace que cuando tienen una racha de buenas cartas obtengan grandes ganancias. Normalmente, cuando un jugador tight-agresivo pierde mucho dinero en una sesión, la mayor parte de ese dinero termina en las manos de un jugador loose-agresivo. Allan Schoomaker, el psiquiatra del poker, sostiene en su libro, “The Psychology of Poker”, que los jugadores loose-agresivos tienen afán de protagonismo y una gran necesidad de acción. Y realmente, obtienen cuantiosas dosis de ambas.
Si nuestra tendencia natural es la de jugar de forma loose-agresiva, debemos esforzarnos en reducir el número de manos que jugamos, descartando sobre todo manos suited basura tipo J5s y otras con expectativa negativa, yendo a menos subidas pre-flop con manos que pueden estar dominadas (AJ, KQ…), y aprender a retirarnos cuando es evidente que otro tiene mejor jugada.
Al enfrentarnos contra un jugador loose-agresivo debemos rebajar nuestros requisitos a la hora de valorar las jugadas con las que continuamos post-flop, ya que sabemos que muchas veces este tipo de jugador va sin nada o con muy poca cosa. También debemos subir con jugadas menos buenas que de costumbre (sobre todo en el river), pero en cambio debemos dosificar los faroles. Es bueno estar sentado a la izquierda de un jugador que sea muy loose-agresivo, ya que así lo podemos “aislar” cuando sube pre-flop, con manos como A-10, por ejemplo; claro que para esto el resto de la mesa nos lo debe permitir (si juegan bien, se darán cuenta de lo que estamos haciendo y nos harán re-raises con frecuencia).
Tight-pasivo
Los jugadores de este grupo, también conocidos como “rocks” (rocas), juegan pocas manos y las juegan de forma pasiva. Sólo apuestan fuerte cuando están seguros de tener la mejor mano, lo que hace que sus ganancias sean pequeñas en muchas de las manos que ganan. Una de las desventajas de jugar así es que los rivales que están atentos notan cuándo estos jugadores tienen una gran jugada y pueden retirarse sin incurrir en mayores pérdidas. El jugador tight-pasivo da poca acción y, en consecuencia, recibe poca acción.
El jugador tight-pasivo no suele sufrir variaciones bruscas de bankroll. La gráfica de su evolución monetaria dibuja una suave pero sostenida pendiente. Las sesiones en las que ganan a lo grande son muy esporádicas. Los demás jugadores tienen difícil arrancarles una buena porción de su stack, pero es aún más difícil perder mucho dinero con ellos.
Para mejorar su juego, los jugadores de este grupo deben perder el miedo a apostar. Tienen que hacerse a la idea de que para ganar dinero en una mano de poker no suele ser necesario llevar el nuts, sino simplemente tener una expectativa positiva.
Cuando juguemos con un tight-pasivo en la mesa, tenerlo a nuestra izquierda es lo idóneo, de ese modo le podremos robar las ciegas con toda impunidad. En el flop podemos ganar el bote apostando (sobre todo si salen cartas bajas), pero si nos hace call y no llevamos nada debemos pensar en renunciar a seguir apostando en el turn. Desde luego, debemos ceder ante la más mínima muestra de agresión por parte de uno de estos jugadores (esto es, si no llevamos una mano lo bastante buena como para ganar a la mano con la que puede estar subiendo). Si se llega al showdown con un tight-pasivo suele ser mejor hacer check si hablamos primero, a no ser que tengamos una jugada mejor que la jugada con la que él nos puede hacer call.
Tight-agresivo
Su juego es selectivo y apuestan con fuerza cuando llevan las de ganar. La mayoría de jugadores que siguen este estilo han aprendido a jugar así, ya que no es habitual jugar con control de manera espontánea. Un buen jugador tight-agresivo tiene en cuenta las odds del bote y las odds implícitas cuando va a una mano con un proyecto de jugada, hace re-raises para proteger sus manos frente a varios jugadores y escoge acertadamente los momentos para hacer slowplay, robar las ciegas y farolear (cabe señalar que no todos los jugadores tight-agresivos son buenos).
Es el grupo de jugadores más difícil de batir, muchos profesionales pertenecen a él, por lo que si nos encontramos en una mesa con varios de ellos, lo mejor que podemos hacer es levantarnos y dejar que otro ocupe nuestro asiento. Es el grupo de jugadores al que debemos aspirar a pertenecer, sobre todo si jugamos en partidas de dinero de limit Hold’em (como sabemos, los mejores jugadores del mundo de no-limit Hold’em son loose-agresivos, pero alcanzar ese nivel es tarea difícil).
Cuando juguemos contra ellos conviene que estudiemos su juego y tratemos de detectar patrones de apuestas. Hay jugadores que nunca hacen check-raise de farol, por ejemplo. Hay jugadores que siempre o casi siempre que suben en el turn llevan la jugada ganadora (y en consecuencia se les puede hacer fold). Cuando se conoce el estilo individual de un jugador tight-agresivo, muchas veces se puede leer su juego. A menos, claro, que varíe con frecuencia su comportamiento frente al mismo tipo de jugada, en cuyo caso estaremos tratando con un jugador tricky.
Tricky vs straightforward (estilo engañoso contra estilo directo)
Independientemente del grupo al que pertenezca, el jugador tricky hace jugadas inesperadas y varía su juego; a veces apuesta con fuerza cuando tiene una jugada mediocre y a veces tiende trampas con sus mejores manos, lo que lo convierte en un oponente difícil de adivinar. La mayoría de jugadores tricky pertenece a los tipos loose-agresivo y tight-agresivo. Jugar de forma engañosa es indispensable en partidas short-handed (con 3-5 jugadores), pero en partidas full ring de niveles bajos se puede ganar sin utilizar demasiadas de tácticas de fingimiento.
El jugador straightforward utiliza un estilo directo y no suele variar su juego para desorientar a los adversarios. Eso lo convierte en un jugador fácil de leer.
Tight/Loose y Loose/Tight
Hay jugadores que son loose pre-flop y en cambio juegan tight post-flop; y al revés, hay jugadores que juegan tight pre-flop, pero que cuando sale el flop ya no saben retirarse. En niveles bajos no escasean los jugadores tight-agresivos que son loose post-flop; estos jugadores pelean por cada bote y no hacen fold nunca con AK, lo que a la larga les acaba costando caro.