Análisis de Dos Manos Bien Jugadas (o eso creo yo)

Hola, os quería contar dos jugadas que se produjeron en el torneo del que os hablé en mi última entrada. No son unas manos espectaculares, pero en ambas salí bien parado, así que voy a aprovechar para comentarlas…

En la primera, con las ciegas a 100/200, subo a $600 desde late position con 88, y la ciega grande me va. En el flop sale A-9-A, así que, como suele ocurrir con parejas media y bajas, mis dos 8s pierden parte de su encanto. El de la ciega grande apuesta $400, y yo ahora tengo que decidir qué está pasando. Hay pocos jugadores que con un As apostarían en esa situación, me digo. Al fin y al cabo, yo he subido pre-flop y es de esperar que volveré a aposta si pasa, con lo que si tuviera el As lo lógico sería que mi oponente hiciera check para atraparme. Claro que él podría tener esto en cuenta y haber hecho la apuesta para inducirme a intentar un farol. Sin embargo, cuando no conozco a un jugador, como es el caso, suelo decantarme por la opción más directa y sencilla. Así que decido que el tipo no tiene el As y está intentando que me tire de la mano.

Hago call. La cuarta carta es una Jota y mi oponente apuesta $600 más. Ahora hay $2.700 en el bote. Opto por no esperar más y le hago una subida de $1.900. Él pide tiempo para pensar. Ahora debe de estar razonando si mis acciones son consistentes con el hecho de tener un As. He subido antes del flop, le he hecho call en el flop y en la cuarta carta le he subido. Sabe que para farolearme en esta situación deberá comprometer todo lo que le queda, $3.000, y si se equivoca estará fuera del torneo. Decide no correr el riesgo y se retira de la mano. Buff…

En la otra jugada, con las ciegas a 100/200 y un ante de 25, todo el mundo se retira hasta mí, que estoy a una posición del dealer con K-J, y como que no he robado las ciegas en un buen rato, voy a por ello con una apuesta de $600. El de la ciega pequeña, un jugador loose-aggressive, hace call. El flop viene: 6-6-7. Pasa y paso. Posiblemente tendría que haber apostado, ya que es previsible que a la próxima me intente robar el bote. El turn es el 3. Y mi oponente apuesta: $400. Es el tipo de mini-bet que muchos de estos jugadores hacen cuando quieren que te retires. Pero yo creo que mi K como carta alta sigue siendo la mejor mano, así que voy. Y sale el river: K. Eso me da pareja pero también pone el cuarto trébol sobre la mesa.

6 6 7 3 K

Mi oponente apuesta $1.000, con lo que ahora en el bote hay $3.400. Lógicamente, o este jugador tiene una mano legítima, o se está marcando un farol. ¿Pero con qué mano podría estar apostando? Yo diría que sólo tiene sentido que haga esa apuesta con el A o la Q. Con un trébol más bajo sería absurdo que apostara, ya que yo sólo le haría call si lo tuviera superado. Desde luego, podría ser que él hubiera llegado a este razonamiento y se dijera, voy a apostar con mi 2, porque ahora este tío habrá ligado pareja de Ks y no se va a creer que yo haga esta apuesta con un 2. Sí, podría ser, pero, como he dicho antes, me decanto por la opción más sencilla si no tengo motivos para lo contrario.

Así que tengo que poner $1.000 para poder ganar $3.400. Creo que el bote es lo bastante grande como para arriesgarme a que tenga el A o la Q, las dos únicas cartas con las que, según yo, puede estar apostando. La relación riesgo/recompensa es buena, así que hago call. Sus cartas: Q-10. Mis deducciones han sido correctas.

Inmediatamente, este jugador me dice: “Excelente call”. “Fue fácil”, le vacilo. “¿Qué? ¿Ya te diste cuenta de que había cuatro cartas del mismo palo?”. “Sí, claro que me di cuenta”. El tipo no podía entender cómo le había hecho call. Vosotros ya lo sabéis.